Levante, esa infinitud azul;
Suiza ese mar verde
que sus confines extiende.
Tierra, mar, y cielo.
Montañas en busca del cenit,
entre perennes nieves;
llanuras de mar adormilada.
calado de sueños.
Cobijo de nieve silenciosa,
estruendo de cascada;
quejumbre de costa estéril,
romper de olas sobre las algas muertas.
Húmeda brisa de salitre;
elevada ventisca seca,
curso sonoro de corrientes,
cristal y espuma
en cuyo espejo la luz se mira.
Vida bucólica de Arcadia hallada;
latitudes de las que sólo el horizonte sabe,
y el tiempo y la perplejidad preguntan.
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