Ya cuando la luz abre nuestros ojos,
y vemos del camino su trazado
invariable, sus mismos meandros, pocos
sus remansos,con los pasos contados,
nos convencemos de que tan solo una
es la senda, solo una la palabra dada;
por alimento la fruta oportuna,
un solo despertar, lo demás, nada.
La sola posibilidad convierte
la rueda del vivir en contingencia
aciaga entre infinita carencia,
sueños que no serán, una vivencia
que el camino nos traza en su tangencia,
una necesidad, solo una muerte.
y vemos del camino su trazado
invariable, sus mismos meandros, pocos
sus remansos,con los pasos contados,
nos convencemos de que tan solo una
es la senda, solo una la palabra dada;
por alimento la fruta oportuna,
un solo despertar, lo demás, nada.
La sola posibilidad convierte
la rueda del vivir en contingencia
aciaga entre infinita carencia,
sueños que no serán, una vivencia
que el camino nos traza en su tangencia,
una necesidad, solo una muerte.