Las piernas de Gwyneth Paltrow
son como dos largos caminos
que conducen a la fuente
risueña del pubis. Turgentes
como dos marfileñas columnas
modeladas por el más hábil tornero;
su dimensión adquiere
la exótica esbeltez de la palmera,
la flexibilidad del junco,
la elegancia del bambú,
la rara morbidez del mármol pentélico;
tienen sinuosidad salomónica
y la voluptuosidad académica
de una venus florentina.
Las piernas de Gwyneth Paltrow
rememoran las delicias del Topkapi,
Te pueden entrelazar
con el sigilo de la sierpe,
encandilar con su seducción de Sherezade,
prometiendo mil y una noches sin un despertar.
Las piernas de Gwyneth Paltrow precisan
multiplicarse en un sueño frenético de miembros,
emergiendo como plantas
en un tupido bosque de extremidades,
donde se pierde entre arrobos nuestra erótica.
Lar piernas de Gwyneth Paltrow
caminan la via lactea de las alfombras rojas,
captan el linóleo de las portadas, la ubicuidad mediática,
como dos enigmas traspasan la ilusión
de las cromáticas dos dimensiones
y se introducen en los sueños incumplidos
de un resignado falo que anhela un absoluto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario