Martin´s Bar

 Caen lágrimas en el silencio

como la lluvia que empapa

la calle solitaria en la noche.

Caminar sin rumbo,

mascullando un nombre

desgastado en la boca

como un pastilla de Cheiw-gum.

También la noche tiene que acabar,

como algún día dejaré de respirar.

Los zapatos húmedos ya calan mis pies,

me apremia un hueco en cualquier bar.

Al fondo de una calle transversal

anuncia un neón la entrada de un club.

Es el Martins´s Bar. Al apartar la cortina

suena una ruborosa melodía de jazz, 

con notas largas de desdén

en el saxo del inglés y el piano del patrón.

Solo los negros pueden saber

porque esas notas abrasan

el corazón como un licor,

y como los pasos sin rumbo ni sentido

hallan dirección en su borroso atril.

Conforto hallaría si no fuera sueño

su ilusión, y fábula los dúos 

de Travis y Stanislaus

en las madrugadas de Martins´s Bar,

perdidas entre tristes desengaños 

y recuerdos disipados de bourbon.




 

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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