¿Qué afanas, fértil Duero,
con tu fluir azaroso,
tras fecundar tu camino
la yerma tierra soriana?
En tanto el rumor del viento
mece la fronda espesa
de san Polo a san Saturio,
la carrera de tu cauce,
en esta mañana fría
bajo un resol macilento,
lleva el gozo de tu canto,
afán del agua en pos del mar.
Así nosotros, quizás,
breve el trecho de la vida,
afanamos confundirnos
en el vasto estuario final.
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