Será que no encuentras el fondo
en el pozo de la noche.
Será que no te basta el grito
en el hueco de la garganta.
Será que pides demasiado
donde no se puede exigir.
Será que buscas permanencia
donde todo es finito.
Será que anhelas lo incorrupto
cuando lo común es barro.
Será que pretendendes la distancia
cuando tropiezas contigo.
Será que te abruma lo efímero
en lo eterno del momento.
Será que aguardas de la vida
cuanto los sueños procuran.
Será que esprimirías los días
hasta desvanecer sus límites.
Será que dejarías morir la vida
para renacer alguíen diferente.
Por qué, mi Dios, esta sed
nunca harta, este deseo
de romperme, por esta desolación
contrito, pues ser
en mí mismo no me basta.
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