No hay más entrega válida para el Señorque renunciar por entero al sí mismo.Decir que mi "yo" es superfluo,con sus penas, sus gozos y sus vericuetos.Debes decir no al anhelo, al morbo, a la concupiscencia,esos firmes pilares sobre los que lo sostengoy limpiar el cuerpo de pecado.Ay, me mataron...
La Fe y el yo
