He comprado por un pastón La rama dorada, de Frazer. Por el mismo precio podía haber adquirido veinte libros. Es Navidad. Todo sea en aras del saber. Hace meses que persigo ese título, difícil de encontrar en librerías. El original era una prolija enciclopedia de doce tomos. Hoy se vende en un sólo volumen resumido de más de quinientas páginas, publicado por la editorial Fondo de cultura económica. En esta editorial mejicana se encuentran muchas de las obras más sugestivas con las que se puede encandilar a todo espíritu culto. En ella están editadas, La Paideia de Jaeger, La Psique de Rhode, y La obra de Paz y de otros ensayistas de su talante; y sus manuales de historia o filosofía son imprescindibles para quienes quieren regalarse con un entrante ligero con el que empezar a abordar cualquier materia grave.
He encontrado La Rama dorada en la sección de Antropología. No sé si el estudio de la religión corresponde a esta ciencia. Se reconoce tal obra como esencial para interpretar el arcano de las antiguas religiones mistéricas. Sospecho que uno de sus apartados concreta el análisis de los misterios eleusinos. Recelo de que dichas experiencias religiosas permanezcan ligadas al fármaco. De ello se deduce que el hermetismo griego no nos revela una mística sino una narcótica. Nos hace dudar de esa sibila de Delfos que profetizaba tras la inhalación de cierto gas, de cierta hipnótica emanación. ¿Son sus oráculos una clarividencia o una obnubilación? Soy de los que creen que "¿Haberlos?, ¡Haylos!
Pero también de los que recelan de que tras cruzar el umbral de las puertas de la percepción se acceda a una verdad objetiva, sino más bien a un secreto confín de lo fantástico.
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