Corrección sobre Cortázar
En pasadas entradas, quizás injustamente, arremetí contra Cortázar prevenido contra su beligerancia ideológica. Cuando yo lo creía imbuido por un fanatismo a ultranza de posicionamiento político, durante la vieja entrevista que le realizó Joaquín Soler Serrano para su programa A Fondo Cortázar revela una postura más acorde con el escritor que con el político. Pues el primero es defensor de lo humano, mientras que el segundo no deja de ser un tergiversador de lo social. A la referencia a su obra Todos los fuegos, el fuego, Soler Serrano le sugiere Todos los hombres, el hombre. El escritor disiente, objetando que tal concreción atentaría contra un valor fundamental en el hombre, su individualidad, su peculiaridad. ¡Qué lejos tal aseveración de las uniformadoras tablas rasas de las utopías marxistas!
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