Dádiva contrita

 jirón de alma descarnada

en el deseo candente de tus manos

calcinado el anhelo está en tu abrazo

ascua que incinera y aun doliente

complace en carne viva

su ruda penitencia

dormir la noche sigilosa

como una sierpe hurgando en la memoria

lava de pecado corroyendo mis venas

vino de lascivias vertiendo

por sus cráteras como agonía

de miembros que entrelazan

quizá no signifique

que ese dolor placentero

que ansía el gozo en sus raíces

sea justa dádiva contrita

de frutos y consuelos.


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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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