Desgraciadamente, no presencié la exposición de Hopper que tuvo lugar en el museo Thyssen.. Cierto prejuicio hacia los artistas contemporáneos me mantuvo reticente. Renuncié a esos lienzos de veleros y marinas, los cuales me dejaban harto indiferente. Desconocía que con el tiempo fuera a tropezarme con "Habitación de hotel". Resulta bastante probable que contemplara el cuadro en anteriores visitas al Thyssen, pero nunca hasta ahora había reparado en él.
"Una habitación de hotel" no nos propone una revolución del lenguaje pictórico como hicieron las viejas vanguardias. Su pintura transciende no porque nos proponga una alternativa estética sino porque enuncia una preocupación existencial.
De una "Habitación de hotel" se puede entresacar toda una novela: Una mujer normal llega a un hotel de la ruta. Está de paso, decidida a emprender un largo viaje. Pero al llegar, en la recepción le han entregado una carta. Después de acomodarse en la habitación calurosa, medio desvestida, saca la carta y comienza a leer. Las noticias no son halagüeñas, de tal manera que ensombrecen su ánimo. La mujer acaba de recibir esa noticia devastadora que cada uno de nosotros recibe una vez en la vida, y que nos habla de amarga derrota, de la desesperanzadora conclusión de la vivencia. Desde ese instante, el equipaje se tornará nada más que una carga pesada. La mujer quisiera llorar, pero solo es ya consciente de la pesadumbre de su irresoluta soledad.
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