Nos creemos el de antes, aunque el espejo nos denuncie distintos.
Somos un balance de experiencias
con las que el tiempo nos ha esculpido por dentro.
Nuestra mirada es la misma; nuestra humanidad ya es otra.
La luz brilla en ese ser que nunca pasa,
aunque nuestro juicio llore lo perdido.
El tiempo gangrena nuestra fe y en el espejo ríe su sarcasmo.
¿No hay quien proclame, pese a la muerte:"Eres"?
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