Esta semana he vivido en casa el "revival" de Joan Baez. Para ello desempolvé un viejo casette donde recordar sus viejas melodias y seguí su pista por YouTube. La cantante tal vez encarne lo más positivo de los años 60 y 70 del pasado siglo. Su voz juvenil, de una frescura nada común, nos trajo las más hermosas baladas para aquellas generaciones inconformes. Recientemente he escrito por ahí que la voz de Joan Baez nos hace respirar los prados del paraíso. Naturalmente me refiero a su voz de juventud, refrescante como la más bonancible de las brisas. Lo digo, porque llevado por la euforia actual por la cantante, he adquirido en unos grandes almacenes un disco que recoge The best of Joan Baez. Es una producción moderna, interpretada por una Joan Baez madura. Aquellos límpidos cielos sobre la tupida pradera floreada por donde discurren las cristalinas aguas de un riachuelo, adónde fueron. Son canciones con una orquestación moderna y esmerada, pero donde ya no palpita la radiante pureza que penetraba hasta el corazón. Creo que existe la canción bisagra que separa estas dos realidades, inevitables para ella como para cualquiera, que procura el paso demoledor del tiempo. La canción es Diamonds and Rust, en ella Baez vuelca el todo de sí misma como cantante y como persona. La canción es un poema extraordinario, lleno de inquietud y de pesar existencial, donde se difumina la pureza cristalina de su voz inocente y vital. Si antaño su timbre alcanzaba las transparentes alturas de los cerros virginales, donde respirar la mística comunión y dándonos a conocer con convicción su inocencia y esperanza, en Diamonds and Rust se ensombrece con el matiz del desengaño y la duda. Creo que es su canción más sincera, o al menos la de alguien que ya ha experimentado la ambigüedad del tejido de la vida y que después de arder en sus ascuas, se ha consumido en la frialdad de sus cenizas. El poema es directo pero receloso, recordándonos que los beneficios del amor nunca podrán trascender la impenetrable soledad. Su música nos envuelve en la indefinición de lo cotidiano, cuyo pulso desigual explicita. Se cree que la canción denuncia la pasada relación de la cantante con el flamante Nobel, Bob Dylan, a cuyo estilo musical se acerca. En un principio creí que la canción era letra y música del autor de Blowing in the Wind, por lo que me causó sorpresa la autoría de Baez, cuyo manejo del material poético y la envoltura de la música son envidiables.
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