una inquietud de sombras,
un remordimiento vago.
Rumor de lluvia en los cristales,
la agonía de un verso
sobre el papel en blanco
fluctuando en un vacío
de indefinidos silencios.
Es la hora señalada,
un minuto insondable
pasada la medianoche
donde viene a converger lo insomne.
Una lágrima fría
en la geografía entrañada
de las sombras, cuyo eco
estremecido reunirá
el sentir desperdigado
de la memoria. Palabras
de madrugada que acaso
pretenden retener
el semblante huidizo de las cosas,
el paso inasible de las horas
0 comentarios:
Publicar un comentario