Oigo el sonido del silencio,
siento el margen de la soledad.
Miro hacia el fondo de mí mismo
y advierto el vértigo que no puedo abarcar.
Quisiera conocer el secreto del ser del hombre,
dar respuesta a sus grandes preguntas,
saber su esencia, de dónde viene y adónde va.
Siguiendo en el péndulo del reloj su compás
pulso el instante único, entre el fuimos y el será.
Se impone el tiempo de abrazar,
donde tiempo y espacio
ya no se puedan delinear.
Asume el tiempo
nuestra extensión interior.
Res cogitas y extensa res,
en tal Descartes nos resumió.
Conciencia en el espaciotiempo.
¿Será ésta nuestra sola realidad,
nuestro margen, inanidad, anhelo
que no es sino huida de la soledad?
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