Escucho una conferencia del profesor Sánchez Meca sobre Nietzsche. En ella nos previene de que el pensamiento del filósofo tal como se ofreció a la lectura en décadas precedentes, venía alevosamente tergiversado por cuenta de su hermana Elisabeth, que fue legataria de su archivo y sus escritos, mediante maniobras no del todo escrupulosas. Se ha conocido que el libro sobre La voluntad de poder era un aborto refrito, tras manipulación e insertos a los escritos originales. Ante esta evidencia, entresacamos que nuestra perspectiva sobre el pensamiento del filósofo resulta cuando menos equívoca. Las reflexiones que está obra incluye contribuyeron a crear su doctrina, que con mirada virgen asimilamos durante la esponjosa juventud. Qué crimen de lesa humanidad no cometería la augusta señora, encenagando literalmente el pensamiento de uno de los filósofos mas influyentes del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Prácticamente distorsionó el sentido de una obra, trasmitiéndonos un legado espurio. Se dice que el Ecce hommo sobrevivió a la adulteración, pues en él se dejan entrever algunas lindezas referentes a la susodicha Elisabeth. Sabemos de ella que fue una fiel servidora del nazismo; no sabemos si, como a los Wagner, también la recibió el führer en su círculo de íntimos. De cualquier forma, la obra de Nietzsche ya poseía la suficiente dinamita como para demoler los cimientos burgueses decimonónicos: suyas son las críticas al cristianismo, al racionalismo, al idealismo alemán. Nietzsche apelaba a su aristocracia polaca, estatus bien reñido con la cazurriedad cervecera alemana y el nostálgico nacionalismo de Los maestros cantores wagnerianos. Pero, ¿por qué toda esta iniquidad? ¿Se tasará a Nietzsche por una cuestión de marcos? ¡Ah, la osadía femenina! Nada más patético que el video que circula por ahí, mostrándonos al Nietzsche de la derrota ante la vida, ausente, vegetativo, una sombra definitiva que oscureció los pasos del viajero. Vana tentativa de sacralizar a un ídolo con pies de barro.
No sabemos si el filósofo hubiera objetado al nazismo; seguramente sí; hubiera huido como lo hizo de Bayreuth durante la representación del Anillo. Lo lamentable de todo esto, es que hoy no sabemos a ciencia cierta dónde está Nietzsche o si se agazapan en el perfil de cada frase sus manipuladores.
¿Ocurrirá con Nietszche lo que acontece con Sócrates, pero en el mal sentido, que lo conoceremos a través de sus panegiristas? Pero comparada con Platón Elisabeth Föster Nietszche no deja de ser una usurpadora como lo fue el Avellaneda del Quijote, degradando hasta el panzismo la elevada aristocracia del autor de Así habló Zaratustra.
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