Broncos lamentos
en la irradiada noche,
ulular del alma
en el silencio contrito.
Apenas las hojas caen,
el almanaque cuenta sus días,
el pergamino del tiempo
se contrae como guiñapo
y el corazón se conduele
del desgarro sin remedio.
Vendrá la mañana
en el suceder inexorable,
y al entreabrir...
nocturnidad y alevosía
