molde de barro,
frágil tabernáculo,
leve en consistencia
como el vuelo del pájaro,
el tiempo late en tu centro
mientras lo avive
la savia viva,
llama sagrada
que se derrama
en penas sin cuento,
y se desvanece,
mero aire,
en solo soplo.
Promesa en el tiempo,
polvo en el polvo.
Somos aliento.
hechos de la misma luz
que da razón al universo.
Podemos creernos
brizna de hierba
que escampa
la menor brisa,
espiga delgada
que quiebra
la escarcha de la mañana.
La sabiduría enseña
que todo es pasajero,
aunque en nuestro adentro
lata un eterno anhelo.
Inútiles cacharros;
por el soplo,
hijos del barro,
hijos del cielo,
divinos y terrenos.
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