Creí que esas plenitudes
eran mías, siendo sólo
regalos de tu Gracia.
Creí tantas cosas
en mi vagar errado,
ciego por los caminos
sin encontrar la meta.
Ahora sé que de cerca
me seguías los pasos,
que estabas a mi lado
aunque yo no te viera.
Buscábate arriba,
temiáte abajo,
hasta que despejó la sombra
que tu rostro ocultaba.
Toda era oscuro
bajo el velo de mis penas
que al gozo ignoraba.
Veo la luz
que la senda descubre,
y siento el apoyo
de caminar contigo.
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