Nietzsche nos instaba a la cofradía baconiana y al lúbrico desenfreno, donde se confunden todas las lacras y miserias humanas. ¿Estaba en sus cabales?
Recientemente, he vuelto a ver el vídeo donde se le muestra en sus últimos días de vegetativa existencia. Parece una película de terror. Se nos ha querido vender que tal postración se debía a los síntomas terminales de la sífilis. ¿En verdad, respondía su vesanismo a tal patología? ¿ Queda aún alguien que cree en los diagnósticos espurios de la ciencia? Se nos vende un universo tan de conveniencia como para el de la moral postulaba Nietzsche.
La apuesta era el superhombre, pero ¿ es lucido buscarle en su más abyecta costumbre, en el pozo de su más inconfesable cieno?
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