Cuando la luna gélida
en el arroyo dormido
apacigua sus rayos
inquietos de plata.
Cuando la recoleta fuente
en el matutino parterre
repiquetea con voz vidriada
el eco del mármol.
Cuando en la playa distante
la espuma marina
disuelva en la orilla
sus flores de nácar.
Cuando el beso olvidado
despierte en el pecho
el frágil recuerdo
de su rosa fragante
Cuando bajo la lápida helada
solo yazga el despojo
del barro que fuimos
y sobreviva pura el alma
en los cielos sin lindes.
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