Embeberme de ti,
como bebe el sediento
las aguas urgentes,
cansado del camino.
Embeberme de ti,
como de ese caño necesario
donde la sed se sacia.
En esta noche
donde el alma desasosegada
busca una referencia
para apaciguarse,
y medito desentrañando
las razones de mi corazón
tan ignoradas,
miro en tu rostro
como en ese espejo
donde querría reconocerme.
Pego mi oído atento
y escucho mi soledad
mermada de amor,
y pienso que
para ser ese otro
tendría que reencontrarme
tras mis límites,
desandar el camino andado,
capitular.
Palpo, por fin, mi íntimo silencio
tan pendiente de tu voz,
como mi lejanía de tu proximidad.
Oye, no ignores
mi escondido anhelo
que te reclama,
precisamente esta noche
donde no reconozco
la esperanza del día
entre la sombra rígida.
Deja que tu nombre
sea palabra en mi boca,
como tu alma llama
que llene mi vacío con su calor.
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