DIALOGANDO EL OTRO DÍA

 Dialogando el otro día lamenté

no haber emigrado de joven a Australia.

Sospecho que tan mal no me hubiera ido,

aunque acabara cuidando de un gringo las ovejas

y alimentándome de canguro frito.

Seguramente, en Australia no hubiera

escrito lo que he escrito,

pero tal vez me habría bruñido

el moreno de sus playas

y quizá comerciado con perlas en el Pacífico.

Renuncié a la aventura por el cobijo,

unos billetes seguros, pensando que vayas

donde vayas consuela del mal lo conocido.

En Australia no hubiera reunido tantos libros,

ni comprobado tampoco que a mis lerdos paisanos

eso de la cultura se les importa un pito.

Quizá sea endemia del barrio donde habito,

pero lo de la lectura no cuenta entre sus vicios.

Trabajar para comer y para pocos caprichos,

pues de que no te sobre ya se encargan los vampiros.

Lo que escribes no lo leen, 

y si lo hacen, lo arrojan luego al desperdicio.

Una vida de sudores y quebrantos

para sacar en claro la miseria  y el olvido.

Para qué quiero yo patria

si no puedo contar con ella 

ni ella cuenta ya conmigo.

Mejor me hubiera largado a Australia

pues en la sociedad del los hombres

es  sabio andarse solo el camino.


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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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