Sal y nombre
luz de nieve
río de guirnalda
algún pájaro
atardece soñoliento
voz que nombra
cruel silencio
yo quisiera
es la hora
pasa el día
si pensara
tu recuerdo
tan callando
sin tenerte
de mis manos huirías
fiel vacío
el ojo puesto
en la débil llama
del candil macilento
eran otros tiempos
entonces no existías
aunque tal vez
tu nombre en el deseo
palpitaría
como un augurio
carne de sueño
fueron cortos
los días de encuentro
largos los años
de olvido
si tú quisieras
lo ya perdido
retornaría
una palabra tuya
en mis entrañas
revolvería
todo el peso
de la lápida
que sepultó
eso tuyo y eso mío
la yerma muerte
escupiría
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