Es la hora, pasa el día

 Sal y nombre

luz de nieve

río de guirnalda

algún pájaro

atardece soñoliento

voz que nombra

cruel silencio

yo quisiera

es la hora

pasa el día

si pensara

tu recuerdo

tan callando

sin tenerte 

de mis manos huirías

fiel vacío

el ojo puesto

en la débil llama

del candil macilento

eran otros tiempos

entonces no existías

aunque tal vez

tu nombre en el deseo

palpitaría

como un augurio

carne de sueño

fueron cortos

los días de encuentro

largos los años

de olvido

si tú quisieras

lo ya perdido

retornaría

una palabra tuya

en mis entrañas

revolvería

todo el peso

de la lápida

que sepultó

eso tuyo y eso mío

la yerma muerte

escupiría

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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