He leído con placer una vieja novela de John Steinbeck, "Atormentada tierra". La novela es un mesurado western, con muchos de los ingredientes que dignificaron el género, pero sin la sazón de esa violencia artificiosa y gratuita con que lo retrató el cine. La novela es una novela del hombre y de la tierra; de amor a ésta, penetrando hasta las más profundas raíces con un alcance casi metafísico. La identificación del protagonista con sus desconocidas fuerzas naturales le confiere cierto aspecto ancestral. La fuerza, casi mágica, que dimana del entorno me hace recordar la atmósfera misteriosa de naturalismo romántico de Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë. La extensiones, sin embargo, son las de América, una vastedad mítica cuyo profundo espíritu exige de los hombres no solo la ofrenda de su labor, la esencia de una vital entrega, sino hasta el último de sus sacrificios. Joseph Wayne, en última instancia, deberá inmolarse para que la tierra devuelva sus dones al hombre. Novela digna de ese maestro de lo humano, que alcanzó su cumbre con "Las uvas de la ira".
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Gran reseña, tengo poco que añadir a lo dicho. Steinbeck, un sabio de la condición humana.
ResponderEliminarGracias amigo Antonio por su comentario. Estoy de acuerdo con usted, Steinbeck en cada una de sus obras nos presenta al hombre en lucha con la adversidad. Un autor hoy algo olvidado, que merece ser releído y recuperado.
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