Donde despeja la bruma
las aristas del anhelo
y la mirada acostumbra
a pergeñar solo un sueño,
surge el día tras las sombras
con las ansias de un empeño,
que fija en nuestra memoria
el auge alado de un vuelo.
Viejos surcos encontrados,
fugacidad de un recuerdo
que traza en la luz del verbo
la solidez de ese instante
que nos aguarda como antes
labró la vida el sendero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario