En la bonanza del día
que trae paz a la mañana,
mientras el Tajo reclama
en su turbulencia fría
paso franco a su llamada,
que ya en la Sagra porfía
el pronto arco de Alcántara
que de a su curso alegría.,
Toledo extiende su vista,
dócil rebaño pedestre
que trepa a contracorriente
la dura roca semítica
donde el enigma se vierte
cual arcano sabio y silente.
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