Con sangre amasaré el amor
que me deniegas. Con libertad
saldré del calabozo de las penas.
Sin ira escucharé el cruel
juicio inmerecido.
Porque mis horas sin tu amor
son hueras, el porvenir fatal
de ausencia, férrea cadena.
¿Conocerá la noche una mañana,
filtrará entre sombras algún rayo,
mereceré que algún día
al bajar tus párpados
brote el fervor de una esperanza?
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