En la senda de la vida
camina en pos de la manada,
contempla las exigencias
que sus leyes te demandan,
déjate guiar hacia el destino
prometido por sus jefes,
aunque en nada concuerde
con tus ideales,y no cejes
en tu afán por alcanzar tal meta.
Ante todo, no desmayes,
que tus piernas no demuestren
el cansancio y la flaqueza,
pues a orillas de la ruta
merodean fieras alimañas
que aguardan la caída o el tropiezo
para abrir voraces fauces
y despedazarte.
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