Si uno no reconociera su humildad de gota en el océano,
si uno no constatara sus limitadas magnitudes...
Cuánto cuesta acostumbrarse a la condición de criatura;
cuánto sobreponerse a la soberbia de ser algo más que hombre.
Crecemos para menguar; para morir, nacimos.
Nuestros pasos contados son como sombra que pasa.
Nuestra sed de eternidad, constancia de lo efímero.
Nuestra gloria, legado de cenizas. Nada permanece.
La turbulencia del torrente se remansará en arroyo.
La luz será tiniebla; la voz, sólo silencio.
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