Silencio de luna, flor dormida,
cauce de la melancolía;
ensoñaciones, gritos, tristes melodías
que al corazón oprimen,
que al alma llagan y estremecen la vida.
Pertenecerá a algún otro
ese flirt casi olvidado
que un día sembró muy dentro
el fuego del deseo, la turbulencia
de su agua requerida, la voz
que llama rabiosa a matar la carne,
como hondas puñaladas por donde sangra la vida.
¡Dulce y amarga sincronía de dos cuerpos,
horizonte ausente por donde escapan los sueños!
Viniste en esta hora encarnizada del recuerdo
a abrir la cicatriz por donde sangra el tiempo
y donde el día es como la página lapidaria de un poema.
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