Javier Reverte: tras las huellas de Albert Camus

Me zampé el último libro de Javier Reverte en un día. Reverte es un  escritor que habitualmente he soslayado, tal vez porque practicaba un periodismo documental y yo me decantaba por una literatura más esencial. Sin embargo, este último libro, el primero para mí, ha supuesto una experiencia. Sin ser un lector asiduo de Camus, me ha cautivado la peregrinación de Reverte por sus lugares sagrados.
El libro tiene el encanto de ir a contracorriente, pues nos adentra en el corazón de ese mundo islámico hoy tan denostado. Sus descripciones de esa Orán, tan española, y de la Argel luminosa y aristocrática gana la curiosidad del lector y alienta su facultad de ensoñación. De la fea Orán, se recuerda ese paseo por su playa, tras las huellas de Meursault y la fascinación por la tragedia de El extranjero. De Argel, es vivo y emocionante su incursión en esa Casbah, inmemorial y clandestina.
Tuve mi primera aproximación a Argelia, en mi juventud, a través de los libros De Jean Larteguy, en los que nos introduce en la vorágine de la guerra de Liberación.  En la Argelia de Reverte, se nos describe un país lastrado por sus contradicciones políticas  y culturales, y al que aún le quedan heridas por restañar, pero que sin embargo fascina. Incluso le asalta a uno la tentación de acercarse al puerto, que no distara un par de kilometros de mi casa,  y tomar ese ferry cutre y maloliente, lleno de árabes, que diría Camus, coránicos y contrabandistas, con su híbrida indumentaria y su lenguaje áspero, con destino, seguro aventurero, a esa desolada Orán, a esa Argelia berberisca que, a día de hoy, con toda certeza, ya no constituye un preludio de las Mil y una noches.
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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