en el asfalto mojado
deslumbra el reflejo
de una farola fría;
la noche ya encubre las luces
de un crepúsculo otoñal.
Madrid despuebla sus calles
mientras en una esquina
suena en un saxo gangoso
una triste melodía de jazz.
El corazón rezuma
un conduelo de melancolía,
cuando los pasos emprenden
cualquier camino sin dirección.
¿Será buena amiga la noche,
cofrade amable
de nuestro naufragio de garrafón?
Hasta una barra mercenaria
se descarría mi problemática;
titubeante, me tambaleo;
escojo un taburete como al azar,
y anonadado, sobre el camarero
descargo una retahíla de desagravio personal.
En el espejo, su hueco ausente,
refleja una imagen desconocida,
no reconozco que yo soy yo:
los ojos hueros, desaliñado,
cabello hirsuto, y entre los labios
un Fortuna .humeando sin cesar.
Escarbo en la noche sin encontrar sentido,
en el culo del vaso apenas un fondo de Cutty Sark.
Y como a las doce, ya encabronado,
mi cabeza se empeña en recalcar:
No es que ella te ha dejado,
es que tú no te has querido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario