Si yo supiera del instante
extraer su esencial significado,
la buena veta de la hora extinguida;
la pulpa nutricia
aprovechar de cada fruto,
la sed saciada
en el inagotable manantial.
Rescatar lo válido
de lo efímero del día,
la sustantiva harina
del pan nuestro, Señor.
Si no apuras del cáliz
el vino de la vida,
te barrerán los vientos
cual frágil hoja otoñal.
Cosecha el gozo
del esplendor del día,
cuando el sol dora la tierra
con su candor y las flores
celebran con su policromía
de la belleza el lujoso galardón.
De tus edades disfruta lo mejor,
porque vendrá la hora
cuando la gélida noche
desde sus cuencas negras
te mirará a los ojos
con aviso de muerte glacial,
y llorarás entonces
por todos los campos yermos,
por tu ganancia escasa de soledad.
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