Estruendo de mar sonoro; sobre su grisácea inmensidad, un sol desvaído; olas crespas, espumas. Esta mañana bajé a verte,oh mar, para consolarme en tu grandeza. El viento traía lejanos aromas marinos, nostalgias infinitas de posibles horizontes.
Con solo verte, mi corazón se preñaba de ansiedades, de apasionados sueños en geografías distantes. ¿Qué trae la brisa? Un especial olor de mar profundo, un corolario de paisajes submarinos; sabor, sabor inquietante de paradisíacas radas y exóticas latitudes, áreas de jungla y de sargazos. ¿Podré vivirte algún día como soñó mi romántica adolescencia, detenerte un momento y surcar tus promesas, a pesar de ese tiempo estéril que se nos va? Mar, encrucijada de anhelos, latido profundo, rumor de olas, canción del universo.
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