Luna, eres plata y eres oro,
según a cuál poeta...
eres fría y misteriosa,
eres clara y tenebrosa.
Espejo y geometría,
duración y silencio,
soledad y trayecto.
Tú, que contemplas el río,
que hurgas en la noche
como en la quietud del pozo,
rotunda en la vastedad del cielo,
estela en el mar proceloso.
Luna que miras atenta
doquiera te sigan los ojos.
El secreto de tu enigma
buscó un hombre tras otro;
en pos del nocturno rastro
quiso indagar tu retrato,
redondo cristal reflejo,
patena pura y sin huella,
advirtiendo que en tu ojo,
vigía de las estrellas,
se había reunido lo eterno.
Pues Dios te puso en su cosmos
para velar, del Todo, su sueño.
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