AHÍ CAYÓ CÉSAR: ASESINATO EN LA CURIA DE POMPEYO

Se acaba de descubrir por un escogido grupo de especialistas el lugar en el que cayó asesinado Julio César. Se sabía que donde acaeció el hecho fue la curia de Pompeyo, pero parece ser que evidentemente se ignoraba el metro cuadrado exacto donde tuvo lugar la inmolación.

La curia de Pompeyo se situaba en un lugar bastante céntrico del foro romano, y aunque sus muros no han resistido hasta nuestros días, perdura el basamento de lo que constituyeron sus cimientos. Allí, según constaté en una estancia en Roma, cada año, sobre los Idus de Marzo, se depositan flores conmemorativas de aquel luctuoso hecho. Roma no a olvidado a aquel que con mano más firme y clemente supo llevar sus riendas.

Sin duda el asesinato de César podría considerarse el complot político más célebre de la historia. Aunque de su maquinación y desarrollo nos hablaron algunas fuentes de la historiografía romana, quién escrutó sus apasionadas vicisitudes y sus motivaciones fue William Shakespeare. Por él sabemos de ese forcejeo, a veces sucio, entre los nostalgicos republicanos, que aspiraban a una Roma útopìca, imposible en el curso de los tiempos, y la voluntad victoriosa del dictador, que se traducia en un política pragmática, acorde a lo que venía demandando la desmesura del imperio. Porque por entonces Roma ya había dejado de ser esa legendaria aldea tiberina gobernada por patricios libres, bajo el arbitrio prudente de un senado de hombres doctos. En los conspiradores parecia perdurar ese viejo sueño de Roma que, como todo dentro del espíritu antiguo, miraba hacia atrás. En el pasado situaron Hesíodo y Homero la edad dorada: un mito que hacia adoptar a los hombres la trayectoria del cangrejo, en incontrolada marcha atrás. Así pensó Bruto, cuando se dispuso  a derramar su sangre por esa Roma ideal que nunca volvería, como tantos otros después dieron su vida por una utopía, en la mayoria de los casos irrealizable sobre la faz de la tierra. ¿Fueron Bruto, Casio, Casca y los otros, hombres que habían perdido su brújula, que tomaron un deseo, un sueño desvaceciente, por una alternativa política de algún modo factible? ¿Quizá fue César ese primer hombre que comenzó a ver hacia adelante, que imaginó en el futuro ese único mundo posible, hijo del esfuerzo, de la lucha y del sacrificio?
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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