JUAN GOYTISOLO, PREMIO CERVANTES

JUAN GOYTISOLO, PREMIO CERVANTES
Juan Goytisolo es ese escritor que simboliza la "gauche divine" española. Sus posiciones combativas optan a subvertir la imagen tradicional de España. Si hubiera sido de mi tierra, no hubiera dudado alinearse como capitán del bando moro en las fiestas populares. Y a golpe de alfanje hubiera defendido hasta el último estertor la asediada fortaleza de su particular taifa. Pero como de hecho lo creemos barcelonés de raíz vasca, comprendemos su empeño en lavar esa imagen denigrada del conde don Julián. Su sueño es ese Al Andalus edulcorado de Alhambra y Azahara, de Averroes y Maimonides, como el de otros es la Covadonga goda de Pelayo  o la patronal Compostela.
Tengo alguno de sus libros: la Reivindicación de Don Julián y Señas de Identidad, pero confieso haber leído tan solo, durante mi juventud, Campos de Nijar, esa escalofriante guía de viaje de una depauperada España, diseccionada por el materialismo histórico. Pero hay algo que me escalofría aún más que esa semblanza truculenta de esa vieja España deprimida,  y es el conocer que el  flamante "Cervantes" cuenta en su austero guardaropa, tras una larga y celebrada trayectoria literaria, con el legado de una sola y horrenda corbata. Viendo semejante indigencia, comprendemos cómo escribir en España continúa siendo llorar.

LETRILLA

LETRILLA
Que contrariedad de amores
los míos con Encarnita,
pues en obtener una cita
no faltaron mil rigores.

Planteéle relaciones,
mas ella me  respondía
que el corazón ya tenía
sujeto a otras pasiones.

Dije que lo mïo era serio,
de ir al altar primero.
Mas no le iba el climaterio,
pues era su solo esmero
ser mecánico tornero.

De lo fugaz

De lo fugaz
He creído adueñarme de la vida
pero solo conozco mi flaqueza
de vencer sobre las horas, perdida
la esencial cronometría, torpeza

de mis dedos por retener el río
que nos lleva, ese instante nunca
nuestro, furtivo de nuestro albedrío,
cuyas vanas intenciones trunca.

Puedo comprar todos los libros, ávido
por poseer toda la sabidurïa,
más no por ello adquiriré-lo sabía-

el secreto que encierra nuestro rápido
transcurso sin mella por la historia,
esa endeblez fugaz de la memoria


SAETA

SAETA
Oh, Jesús de la pasión,
desde el pulso de mis venas
ruego en esta oración
redención para mis penas,
vida nueva al corazón.

Por la calle tortüosa
se oye el golpe del tambor,
como el mazo que se posa
sobre el clavo que destroza
la mano santa del Señor

Sobre una cruz lo clavaron
en el monte de la muerte,
 las tinieblas se adueñaron
de los cielos y la gente,
lo fundamentos temblaron.

Ay!, qué amarga la agonía
que en el madero sufriste,´
no supo su felonía
del perdón que Tú les diste
ni de la salvación que traía.

Solo quiero que esta saeta
sea cual la buena semilla
o entre la escoria la veta
de oro puro que más brilla,
esa que al alma completa.

PASIÓN. SONETO

PASIÓN. SONETO
Tal vez no estábamos hechos uno
para el otro;  nos unió ese hilo
misterioso que al corazón en vilo
ata cuando considera oportuno.

Nos cernió noctámbula e indiscreta
una noche de copas y de pena
donde buscamos huida a la condena
de soportar nuestra  vida incompleta.

 Olvidados en un fango de besos,
acoplados en  abrazo letal
de pasión loca, traspuesto el umbral

del pudor, sin dignidad y sin rezos,
aguardamos, desnudo el ventanal ,
ver clarear  la luna, fría e infernal