CALENDAS GRAECAS

Adquirí en un bazar, creo que de Rodas, la figurilla de un hoplita espartano, aderezado con toda su panoplia guerrera, desde las grebas a su tremolante cimera. En su mano derecha la larga pica; sustentado sobre el pecho el redondo escudo, ese sobre el cual debía regresar a la patria si no alcanzaba la gloria en la batalla.
Aquellos tiempos del siglo V a de C fueron míticos, constituyeron un jalón importante en la historia de occidente. No solo se venció a los Persas, esa primera  contienda donde el oeste prevaleció sobre el oriente, sino que se forjaron las primeras constituciones donde la ley reemplazaba al poder tiránico de los individuos y el pensamiento del hombre conoció su desarrollo en libertad, lejos del saber intuitivo de los mitos. Creyeron los griegos que en la insumisión, en el sacrificio osado y el valor de su espada, se les abrirían las puertas a un mundo diferente, hacia unos horizontes desconocidos donde el valor del hombre se definía en el ejercicio de su propia libertad y no en las resignadas cadenas de una uniforme esclavitud, sujeta a la pirámide inmovilista del poder. Pero, ¿verdaderamente venció el hombre esta vejada condición? ¿O la libertad constituye un pulso que hay que librar día a día, a través de las épocas?  Sí, la libertad se conquista en cada una de nuestras decisiones diarias y, acaso, en el certeza de una fe en la que sólo la Verdad nos hará libres.
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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