Consuélame, Consolador

Consuélame, Consolador.
Derrama en mi
tu luz de amor;
que pueda recibir
con dicha tu favor.

Condúceme ligero
con el viento de tus alas.
Concédeme primero
el perdón de toda falta.
Y luego sentir el fuego
del gozo en las entrañas.

Ven, ven a mí, Consolador.
Guíame hasta los prados
donde el Pastor
reúne el rebaño amado,
sin desechar al descarriado
del aprisco protector.

Ayúdame a creer
que contigo no hay temor,
que a tu lado habré de ver
de la gloria el esplendor.
Consuélame, Consolador.
Compadécete de las cuitas
de este triste pecador.


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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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