Sobre el Canto General, de Neruda

Oigo una disertación de Zurita sobre el Canto general de Neruda. Si en la Residencia en la tierra nos habla el poeta singularizado, personal, en el Canto general habla el plural, colectivo. Neruda en su poesía pretende que a través de su voz hable el sentir de América latina. El poeta se trasciende y asume la hermandad de todos sus pueblos. Pero es una voz que no comprende  el continente de manera global, sino que rompe su lanza en pro del oprimido, del desfavorecido, de las muchedumbres y no de las élites. Porque éstas ya tienen a Ercilla y su Araucana. Neruda se alzó como el adoctrinador del pueblo en marcha, y en este sentido su poesía es parcial e ideológica. Después de saborear La Residencia en la tierra, que gozó de mi entusiasmo, cuando me dispuse a leer el Canto general sentí que sus versos no llegaban a cuajar en mí; los notaba distantes, como si no me incumbieran. Y algo hay de esto, pues las magnitudes y latitudes americanas poco tienen que decir a un europeo, a un mediterráneo, que se mueve en coordenadas distintas. Me ocurre a mí, que me pilla a miles de kilómetros, y cuya cultura se asienta en basamentos y tradiciones bien distintas, pero también les ocurrió a Borges y Paz, quienes no ocultaron sus remilgos. Confieso no haber leído el Canto general en profundidad, pero si he leído y escuchado, casi obsesivamente, el poema Alturas de Machu Picchu. Es quizá el único poema que nos hace olvidar el pathos existencial de la Residencia en la Tierra. En Alturas de Machu Picchu Neruda crea una poesía diferente, primordial, que alcanza casi lo trascendente. Acierta con un supralenguaje que puede nombrar lo innombrable. En su voz se celebra América hasta en sus orígenes, y su dolor y sufrimiento se redimen en la voz del poeta, atento a la herida y al grito, a la fatiga y el sacrificio, congregándose en el abrazo fraternal y en su latido de esperanza. En el verbo del poeta clama renovada la desesperación de un pueblo acallado bajo el paso devastador de sus conquistadores. Son las dos voces de América que tratan de convertirse en una.
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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