La cosecha del mundo

 Necio es quien aguarda del mundo

justo pago a sus ofrendas.

Sentirá en sus fuerzas 

una inerte resitencia,

sus dádivas no serán recompensadas.

Es igual al labrador que trabaja

su cosecha con el sudor de sus huesos,

a sabiendas de que la plaga 

o el pedrisco la malogren.

o que por falta de riego dé amargo fruto.

Buscarás a tu denuedo una respuesta,

pero tus gritos rebotarán

contra la rigidez de un muro ciego.

carente de puertas para penetrarlo,

tal el mundo se presenta.

¿Será su médula como la pulpa

de un fruto del que tras perforar

su costra hallarás sabrosa delicia?

¿O al igual que con la legumbre estéril,

al quebrar su cáscara

encuentres un núcleo vacío?

¿Será éste el enigma secreto del hombre,

cuando al rebuscar su esencia 

encontremos mera vanidad,

malicia por justicia,

por fraternidad, desolación?

Tal fue el rigor que soportó Cristo en su cruz,

cuando acallaron su voz con su indiferencia

y pese a ser santo tuvo el pago de un ladrón.

¿ Cuál fue la respuesta que dio?:

 llenar ese vacío con amor.

Al igual, con injusto encono

 atribuló el destino al buen Cervantes. 

¿Y cuál fue su respuesta? ¡Tomémosla por lección!

 Pese a su amarga condición,

frente al cruento dolor, abrió las venas

de su poesía para que fecundara su verbo

el yermo pago que su patria le devolvió.


Compartir en Google Plus

Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

  • Image
  • Image
  • Image
  • Image
  • Image

0 comentarios:

Publicar un comentario