Regla de oro

 A cuántos no ha ocurrido

-por necesidad de amor,.

o por un querer cuya correspondencia anhelábamos-,

entregarse a una persona

que nos ha desestimado,

para luego, por despecho,

arrojarnos a la degradación del arroyo,

ignorando el amor propio,

todo cuanto creíamos honesto.

Amarás al prójimo como a tí mismo,

ni más ni menos,

así estableció el único Señor verdadero.

Toda desviación de esta regla,

será una tergiversación del Credo.

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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