A la estatua de Adolfo Suárez

 


En el medio de la plaza

estás plantada, a los pies

de esas murallas que no olvidan

el recuerdo de España.

Desafiando esa intemperie

cruda en los inviernos,

tórrida en estío, sin sombrero

ni paraguas  que mitiguen 

y la escarcha y la canícula.

Contemplando esos muros

quietos y el paso lento

del tiempo sin relojes.

Vistiendo el traje sobrio

que exigían tus funciones

y la pose gallarda, 

serena la mirada,

de quien supo reunir en esperanza

 a las dos Españas enfrentadas.

Asi recuerda Ávila,

mística y fría,

tu posteridad sosegada,

tu vida valiosa

y tú muerte desconsolada.


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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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