Realidad de un instante

Unido a ti en la cadencia de las horas,
la tarde deshaciéndose en hastío,
pude sentir el pulso lento, la agonía
de tu memoria en la degradación del ahora.
Mis ojos se detuvieron en tu esplendor caduco,
iba muriendo, minuto a minuto,
el presente en su tránsito inestable,
la vastedad eterna perdiéndose en instante,
el agua quieta, declinaba la tarde.
Tú eras la Venecia de siempre,
yo de ese momento el inquilino.
La luz vacilaba, se desgranaba el tiempo,
mientras..., el milagro de ser nos sobrevino.
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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