LA FUENTE

El rumoroso manar de la fuente
abre corrientes de gozo
en el corazón resecado,
que siente en sus pliegues ajados
el cristalino frescor de su alma.
La fuente resbala su agua
de plata con brillos dorados
y desborda su rala cascada
sobre el cuenco de mármol labrado.
Su serena melodía
apacigua hondos dolores,
embalsama viejas heridas
y de la angustia sella las voces;
habla al alma de que por quebrantos
sin cura, el tiempo la obsede
de penurias y llantos,
y la priva de olvidos y bienes.
Escucha el eco de su manar
cadencioso en el jardín umbrío,
sonoro de pajarillos
gozosos en el recreo de las flores,
diversas en sus colores,
abrigadas por los mirtos
cuando el sol vierte sus mieles.
Siente como esa voz arcaica
repite ese eco en tus sienes
y te recuerda paciente y clara
que el hombre - juicio no extremes-
también conoció un Paraíso.
Compartir en Google Plus

Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

  • Image
  • Image
  • Image
  • Image
  • Image

0 comentarios:

Publicar un comentario