FUGAZ RECUERDO

Se te puede escapar toda la luz del atardecer
mientras en el piano suena un scherzo de Chopin
y por tu ventana penetra la melancolía estival,
la caricia del poniente, el vuelo leve del gorrión,
las voces en sordina de la perezosa  ciudad,
la sombra nocturna que al monte parece ocultar.
Tu memoria saborea la añoranza
y tus labios tararean el compás del aquel vals,
los ojos nublados de recuerdos
y la mano en vilo de querer acariciar.
A lo lejos la carrera de un tren,
un esquivo pensamiento que no acabas de hilvanar,
el rosa de la tarde, aquella carta en el secreter,
nostalgia de cálidas lágrimas y el deseo de abrazar.
Fue un antiguo verano a la orilla del mar.
Las olas rompían pausadas
bajo el crepúsculo meridional.
Navegando una única vela devolvía el reflejo
de la primera luna perlada,
y el aroma marino escondía el deseo,
la inquietud tras del silencio
sorprendiendo la audacia de aquel beso.
No tenía más importancia que el vuelo leve  de un pájaro,
que la lenta caída de una hoja en el bosque,
que el rumor de la lluvia en los cristales,
que el deslizar sobre la mejilla la congoja de una lágrima,
que el timbre del teléfono en la soledad...
Pero..¡.Oh, fugaz recuerdo, tan grave en su levedad!

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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