NECROLÓGICA

Yo ya morí una vez
según una arcana
disposición ancestral.
Descendí a los ámbitos inferiores
donde regía el chacal
de la tenebrosidad sin esperanza.
Conocí los estratos
por donde discurre el alma,
recalando en las capas de la conciencia,
cuando la luz en ella
refleja el brillo de la bondad
o el vértigo de la condenación.
Sí, yo conocí las simas,
y fui consciente de haber muerto.
Vagué por el Hades cavernoso,
después de ser juzgado
en el tribunal de los réprobos.
Despedí a mi alma
con vuelo de paloma,
para quizá sumergirse
en la noche sin promesa.
La locura era haber muerto
cuando aún se estaba vivo.
Yo era como un golem
a quien dirige el movimiento,
pero cuyo corazón está vacío,
y cuya alma aún no ha nacido
al soplo exultante de Dios.
Sí, yo estuve muerto una vez,
y conocí las regiones desoladas
por donde caminan las ánimas
que fueron condenadas
a no retornar al paraíso.
En aquel mundo habitaban
muchos dioses, cuya potestad
intentaba retener el alma  del difunto.
Merodeaba el chacal,
de hocico alargado y orejas enhiestas,
pero también refulgía
el solar disco de Hathor,
y el  ojo de Isis, misterioso,
lo vigilaba todo, secreta e inquietante.
Quizá yo fui iniciado
en los viejos misterios de Deméter,
o quizá lo único real es que el alma
es un pozo sin fondo
y el hombre un ilimitado precipicio.
Vagando como un lobo sin guarida,
cuyo corazón se ha derretido
por el veneno de su maldad,
yo busqué el sendero olvidado,
el hilo que indicaba el recinto
donde las voces del cielo
reclamaban de su descarrío
 a esa almas despavoridas,
que muertas en vida
recorren los áridos campos
donde la guadaña, contumaz y austera,
ya segó de las eras el mal trigo.
Sí, yo escuché las voces arcangélicas,
cuya tonalidad irradiaba en mi conciencia
la certeza de que aquella muerte punitiva,
sentenciada por su culpa irrevocable,
no prevalecería para siempre y sin respuesta.

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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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