A la Paloma


 Esa mano que no abarca

la medida del dolor,

puede atrapar la paloma

de albo plumón de la paz.

De un solo trazo

la dibujó Picasso,

trina para el Greco

en el ámbito dorado

del célico espacio,

arropada  entre nubes de trapo,

invitando a la divina dimensión.

Paloma leve,

como de algodón,

arcaica mensajera

de sedoso plumaje

donde la caricia se complace

y sientes como si en los dedos

se estremeciese un corazón.

Paloma, poema que palpita,

blanca de almendro y nata,

espuma y nieve cálida,

de gozo legendario

para quien pudo recoger

el mirto de tu pico

amainado el temporal.

Paloma anónima que levantas vuelo

al paso de mi auto

en las calles suburbiales.

Palomas de paseos y de fuentes,

palomas que picoteáis migajas

en las mesas de las terrazas.

Palomas grises de San Marco.

Mítica y blanca

sobre las aguas del Jordán;

mansa y pura,

abarcando en tu envergadura

la gloriosa potestad.



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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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