ÉMULOS DE HEMINGWAY

 Muchos escritores de hoy

quieren ser émulos de Hemingway.

No sólo en su estilo conciso

sino en su vida arrebatada.

Dispuestos a vivir la metáfora

desoladora del Viejo y el mar, 

aunque menos dados a estamparse

un tiro de escopeta a bocajarro,

desconsiderado y mortal.

Quisiéramos ser Hemingway,

crear una obra viva como la suya,

gozar la jarana de un mítico Paris,

burlar al toro en Sanfermín,

abatir caza mayor en África,

arriesgar el pellejo en injusta guerra,

darle al aguardiente y la absenta

sin llegar a alcoholizarnos

ni ahogarnos en nuestro propio vómito.

Quisiéramos ser ese escritor total,

temerario, arrogante, pendenciero, donjuan,

bendecido por el hado y en lo demás genial.

Sin embargo, perdimos París,

somos cobardes, nos aterra morir.

Nuestro sino es teclear y teclear

y volver a teclear,

como Sísifo ha de ascender

con la piedra una y otra vez.

Permitidnos Hemingway, Bukowski, Miller, Celine,

vosotros que conocisteis la rutas del  infierno,

la licencia para soportar este crudo invierno

de la vida con otros argumentos, tan sinceros,

como manejaron Borges, Pla, Azorín,

 Baroja mismo en Madrid, junto al brasero.




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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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